Belleza

Uso de la Sal en la Belleza

Sal
Fue el primer conservante de la Historia y, todavía hoy se utiliza con ese fin. También de muy antiguo viene su uso como remedio medicinal y cosmético. Presente en todos los hogares, lo mismo alivia un flemón que deja la piel suave como la seda. Confía en la sal y verás como solucionas muchos problemas.

Exfoliación natural para tu cuerpo: La exfoliación es un proceso imprescindible para mantener la piel del cuerpo limpia de impurezas y células muertas. Nuestras abuelas realizaban esta operación aplicándose una pasta que obtenían mezclando leche entera y sal sobre el cuerpo húmedo. Realizaban un suave masaje y se aclaraban con abundante agua.

Manos de terciopelo: Cuando nuestras abuelas llegaban a casa después de trabajar en el campo, se aplicaban el siguiente mejunje. Consistía simplemente en mezclar aceite y sal hasta obtener una pasta. Se frotaban las manos con ello y después se las aclaraban con agua. Esta crema limpiaba la piel y dejaba las manos blancas y suaves.

Dientes más blancos: Un remedio tradicional para blanquear los dientes es frotarlos con un poco de sal. No apliques este remedio muy a menudo, ya que, a la larga, la sal estropea el esmalte.

Piernas ligeras con baños de sal: Si después de haber andado mucho tienes las piernas hinchadas y doloridas, nada mejor que este remedio tradicional. Consiste en poner las piernas en remojo en agua caliente con sal durante diez minutos y, a continuación, en agua fría, también con sal. El cansancio desaparecerá.

Cataplasma contra el acné: La sal gruesa es un excelente exfoliante para las pieles grasas y con acné. Si la combinas con una mascarilla astringente, como la de arcilla, los resultados serán excelentes Aplica este tratamiento una vez a a semana.

Necesitarás: 2 cucharadas de sal gruesa, las hojas externas de 5 cebollas, 3 cucharadas de arcilla, 1 litro de agua y el zumo de 1 limón.

1- Hierve la cebolla en el agua. Filtra y mezcla con arcilla y el limón.

2- Moja la sal con un poco de agua y frota la piel con ella.

3- A continuación, aplica la mascarilla y deja que actúe durante media hora.

Baño para recuperar la energía: Eliminarás de un plumazo el cansancio con el siguiente baño. Echa, en el agua de la bañera, un puñado de sal gorda y un litro de infusión de menta. Sumérgete durante 20 minutos y, finalmente, date una ducha con agua tibia. Te sentirás capaz de comerte el mundo.

Ducha exfoliante: Durante tu ducha diaria, pon una pequeña cantidad de sal en la manopla de rizo o guante de crin. Además de estimular tu piel, eliminarás las asperezas y células muertas que se acumulan en su superficie.