TOSTADAS DE PAN EN REMOJO– Nuestros antepasados conocían mil y un remedios para cortar por lo sano, nunca mejor dicho, con la diarrea. Si un día se te “hace la tripa agua”, pon en práctica este remedio, que es “mano de santo”: pon a tostar una rebanada de pan hasta casi chamuscarla, sumérgela en un vaso de agua y tómate la mezcla. Ya verás como tu organismo te lo agradece de forma rápida y asombrosa.

¡A POR COLES!– Durante el día, olvídate de comer lo que ingieres normalmente y pásate a alimentos menos agresivos para tu estómago, como el jugo de zanahoria o la pulpa de manzana rallada, unos alimentos tan inofensivos que se suele dar incluso a los niños cuando sufren diarreas. Y no olvidemos que nuestras abuelas confiaban totalmente en las virtudes de la col, conocida como el “medicamento de los pobres”. Escoge tres hojas de col bien hermosas y, tras aplastarlas en el mortero escaldarlas en agua hirviendo, aplícalas en el abdomen cuando estén frías, envueltas en un paño de algodón durante toda la noche.