Para los que mojan la cama: Aunque no es aconsejable dar a los niños con este problema ningún tipo de líquido antes de irse a la cama, hay bebidas reconfortantes que le pueden ayudar a combatir este problema. Un remedio tradicional contra la incontinencia infantil es añadir a medio vaso de leche una cucharadita de miel y una pizca de canela. Además de estar buenísima, esta dulce bebida le facilitará un sueño “seco”.

Grietas en las manos: Si le aplicas cada noche leche templada a tus manos conseguirás una piel suave y resistente, libre de grietas e irritaciones.

Contra los gases: En los pueblos, las flatulencias se combatían con la célebre leche de comino. Consistía en hervir durante unos segundos una pizca de comino en leche. Toma esta bebida caliente después de haber comido.

Alivio contra las quemaduras: Si has sufrido una quemadura leve, puedes obtener un gran alivio aplicándote una compresa empapada en leche fresca.

Sopa de leche para el resfriado: La sopa de leche y cebolla es tan saludable para calmar los síntomas del resfriado como el tradicional caldo de pollo que recomendaba a abuela. Se prepara cociendo una rodaja grande de cebolla en leche a fuego lento hasta que la cebolla esté tierna. Tómala a diario y te sentirás mejor.

Bebida tranquilizante: No hay nada tan reconfortante después de un día de nervios y tensión como tomar un vaso de leche tibia con una ramita de canela. Mejor no añadir azúcar.

Calmar el dolor de la menstruación: Antiguamente, el dolor de la regla se calmaba tomando un vaso de leche templada en el que se había añadido una pequeña cantidad de nuez moscada rallada. Si tu menstruación es muy dolorosa, puedes tomar un vaso al día mientras duren las molestias.

Corazón fuerte: Nuestras abuelas tenían la costumbre de colocar un paño empapado en leche templada -más o menos a la temperatura del cuerpo- sobre la zona del corazón. De esta manera, fortalecían el corazón y prevenían las enfermedades cardiovasculares.