Un bajón de defensas, provocada por una dieta incorrecta, o por estrés, puede causar la aparición de un orzuelo. Ésta infección, formada en la raíz de las pestañas, produce una inflamación en el párpado.

La infusión de tomillo es mano de santo.

El tomillo es una de las plantas que más se recomienda a la hora de prevenir y tratar éste tipo de infección bacteriana, gracias a sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias. Para ello hay que añadir una cucharada a un vaso de agua hirviendo, dejar reposar un par de minutos, y filtrar. Después, hay que mojar una gasa en tisana y aplicar sobre el furúnculo hasta que se enfríe. Si se tiene un orzuelo muy a menudo, hay que limpiarse el párpado con una gasa mojada en éste mismo preparado cada noche.

Gel de aloe vera, alivio instantáneo

Aplicar sobre el orzuelo calor seco (un pañuelo recién planchado, por ejemplo), atenúa el dolor. Después, extender sobre la zona abultada un poco de gel de aloe vera, de doble acción, antibacteriana y antiinflamatoria.

La Eufrasia cuida los ojos delicados.

Si los ojos son el punto débil, y se es propenso a los orzuelos, pican con frecuencia, se enrojecen, etc, habría que introducir la Eufrasia en el botiquín natural. Hervir una cucharada de ésta planta, considerada el mejor reparador natural, en 250 ml de agua durante 2-3 minutos. Filtrar pasados cinco minutos, mojar gasas con el preparado, y colocar sobre los párpados hasta que se enfríe.

Recurrir al frambueso

Debido a su efecto astringente y antiinflamatorio, lavar el párpado con un cocimiento de hojas de frambueso, una cucharada por vaso de agua, es un recurso muy útil para los orzuelos más resistentes. Antiguamente, para acelerar el drenaje de los orzuelos y los furúnculos, se preparaba un ungüento con las flores majadas de éste arbusto mezcladas con miel.