SAUNAS CASERAS– Otro de sus remedios infalibles era tomar un buen baño caliente. El vapor del agua también resultaba muy útil para “desatascar” las narices más obstruidas. Si al agua del baño añadíamos hierbas aromáticas, como la menta o el pino, el efecto era todavía más intenso. Si no tienes tiempo para darte un baño prolongado, quédate un rato bajo el vapor de la ducha o coloca sobre los radiadores un recipiente con agua.

DULCES SUEÑOS– Nada más enojoso que intentar dormir con la nariz tapada. En estos casos, mi abuela recomendaba dormir ligeramente incorporado, colocando dos o tres almohadas bajo la cabeza. La fuerza de la gravedad hará que la mucosidad descienda y la nariz quede bien despejada.

TÉ DESCONGESTIONANTE– Y, por último, una infusión que disuelve la mucosidad. Consiste en mezclar a partes iguales menta piperita, flores de saúco y milenrama (no concentrar y evitar durante el embarazo). Tres tazas al día destapan la nariz.