SEMILLAS DE CALABAZA A TOPE– El mejor remedio natural y más tradicional que podemos recomendar a los hombres para prevenir y aliviar este problema es comer cada día sin falta cinco semillas de calabaza, bien masticadas, que contribuirán a reducir el tamaño de la próstata. Si conviene, se pueden triturar antes para que la masticación sea mucho más fácil. Aquellos que no soporten el sabor de las semillas de calabaza, que no se preocupen porque pueden “abusar” del perejil, que tiene, en este caso, parecido efecto para luchar contra la próstata. Con comer 30 gramos de perejil fresco cada día bastará. Nuestras abuelas también cuidaban a sus maridos de esta molesta dolencia poniéndoles a menudo paños calientes en el bajo vientre.
SABAL, LA “PLANTA CATÉTER”– Los nativos de América del Norte conocen desde hace siglos, para aliviar la próstata, el poder de las bayas del sabal, una palma de pequeño tamaño que prolifera en terrenos muy secos. Y es tanta su virtud que se ha llamado “planta catéter”. Conviene tomar una taza de infusión de estas bayas al día.