EL PODER DE LA PATATA RALLADA– Hacían desaparecer las llagas con una simple patata, que por suerte se tienen en todos los hogares. Una vez a mi padre le salió una llaga en el pecho y mi abuela, además de ponerlo a dieta porque dijo que le había salido por tener la sangre “sucia”, le aplicó una cataplasma de patata rallada. Y cuando ésta se secaba, le Ponía otra cataplasma de la misma forma. Así una y otra vez hasta que al final se le curó. Y no pasaron muchos días.
ALCOHOL DE HIERBAS– Mi abuela también conocía un preparado que antaño se hacía para que no les salieran llagas a las personas que debían pasar mucho tiempo en la cama por enfermedad. Se trataba de meter en una botella romero, salvia. lavanda, flor de saúco y tomillo a partes iguales. Estas hierbas se cubrían después con el alcohol que cupiera en la botella. Después la dejaban al sereno al menos durante tres semanas, agitándola muy bien a días alternos. Cuando las hierbas Ya habían dejado toda su esencia, las colaban y con ese alcohol se daban fricciones al enfermo por todo el cuerpo.