UÑAS DE ACERO– Un remedio de la época de mi abuela para endurecer las uñas. Se trata de mezclar dos cucharadas de aceite de oliva y una pizca de salvia. Calentar al baño María durante cinco minutos y dejar reposar cinco minutos más. Sumerge las uñas en el aceite durante veinte minutos dos veces a la semana durante un mes y tendrás unas uñas a prueba de roturas. Una variación de este mismo remedio es utilizar únicamente aceite de ricino.
ALEGRÍA CARIBEÑA– Un truco que utilizaban las mujeres cubanas para reforzar sus uñas. Mezcla dos cucharadas de zumo de piña o de papaya con una cucharada de yema de huevo y media de vinagre. Mezcla bien y aplícalo sobre las uñas realizando un suave masaje. Deja que actúe durante media hora y, una vez pasado este tiempo lávate las manos con agua fría. Conseguirás unas uñas preciosas. En ocasiones, las uñas débiles son la señal de una dieta inadecuada. En este caso, una infusión diaria de cola de caballo puede ser la solución.